lunes, 8 de junio de 2015

don Andrés

Pertenezco a la parroquia  de la Santísima Trinidad, una Iglesia románica, situada a cinco minutos de  la Plaza mayor de Segovia;  escondida a la vista; de la que acumuló muchos recuerdos. A los seis años el cura, Eufrasio, al iniciar la misa mdijo" Vetniña", la culpa fude mi prima, Rita, que me hizo reir. Años y años de catequesis para tomar la Comunión, la Confirmación. El funeral de mi abuelo, Leoncio. La boda de mi hermana, Encarnita; el bautizo de sus tres hijos.
 Mi fe se fudiluyendo, desdibujando, difuminando  en la realidad. Voy poco a la iglesia, admiro a don Andrés,  rroco de la Santísima Trinidad, es un pastor  entregado a sus feligreses. Sus palabras hechizadas por el sentimiento llegan al corazón. Mi amiga, Puri, no pudo contener las lágrimas en el  funeral mi abuela, Encarna, a quien apenas conocía. El sábado en el  funeral  del, viejo, carpintero. La  tristeza quemaba mi mirada. Lloraba lentamente, no quería que me vieran, que supieran qudon Andrés me había hecho ver a Dios, tras décadas  dudando. Voy poco a la iglesia.

don Andrés con cariño.

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