miércoles, 24 de junio de 2015

¿ Ser o no ser maestro?

Estos días los paso con mis sobrinos, el mayor, Santiago,  cursa Primer año de Primaria,  le dieron las notas el lunes. Mi hermana fue a hablar con el maestro; un chico joven, agradable, entusiasta. La explicó asignatura a asignatura su decisión.  " Que si le bajó la nota por no estar atento; por tener un mundo propio; por ser poco participativo" etc.
A mi me daba la impresión que el maestro se ha convertido en un juez de aptitudes; en un tasador de comportamientos; en un señor feudal al que pagar al diezmo. Una de sus maestras, la que le  daba dibujo, le suspendió en la Segunda evaluación, sembrando en, Santiago, la inseguridad. Le quiero hacer  entender que su maestra no es una diosa, solo una mujer que opina,  pero Santiago ya no quiere  dibujar.
Mis maestros nunca me entendieron, me pegaron por mis desaciertos con la matemáticas; con el lenguaje; con la religión. Nunca fui feliz en el colegio. Con el paso del tiempo,  mis años escolares los recuerdo como si hubiera pasado por un campo de concentración, donde fui anulada.  Intento que mi  sobrino no sea  uno más en una fila, dispuesto a dejarse llevar por la tiranía de  un hombre o mujer ,cuyo ser o no ser de maestro, dependió tal vez de su nota de selectividad;  pero mi sobrino aún  cree en los pequeños tiranos.
 
 
Ana Tapias.

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