Los que pronostican el tiempo, anuncian una ola de calor para el sábado y el domingo. Estoy aterrada ante el subidón, que no podré combatir con paracetamol, que sufrirá mi cuerpo. Me encuentro con Marta, es la vecina de mi hermana; ella y su madre, Maite, forman parte de nuestro paisaje del amor, son encantadoras. Marta se asoma a la terraza, ha descubierto que Mariana, de dos años, dice" Jo tía", como si fuera una adolescente quejándose ante otra adolescente. Marta es enfermera, hoy tiene guardia, 12 horas seguidas. La comento que llega el calor, más mortal, que tendrán muchos casos de " Insolación". La pregunto ¿ Qué he de hacer si le pasa algo a los niños?. Me contesta" Que beban mucha agua, que estén hidratados". Se despide con una sonrisa, se va a dormir.
La ola de calor para una, segoviana, como yo, que ama sentir el frio, para luego llegar por la noche y acurrarse bajo la mantita, es una tortura a la que me someteré con paciencia, con entrega, y con pasión, ésa que desborda mi sudor.
Ana Tapias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario