El Estado Islámico, cuya reino es el dolor, ha cargado un camión de explosivos, para hacerlo estallar en una calle de Bagdad. Resulta difícil creer, que alguien pueda planear algo así; que la muerte sea una forma de conquistar territorios; que dibujen masacres para obtener votos; que traduzcan el odio como victoria. Los ciudadanos no queremos violencia. Ellos, absortos en sus "Burkas", no lo entenderán, ni leerán lo que he escrito: soy una mujer, tan estúpida, que lucho, sin metralletas, sin bombas, por un mundo sin guerras; sin cadáveres esparcidos por las calles; sin dictaduras. Las fronteras, no se extienden con lágrimas, no se buscan en la sangre ajena, se hablan en los templos de la democracia que son los Parlamentos, pero el Estado Islámico ha naufragado en una isla, de la que nadie puede rescatarlos.
Ana Maria Tapias García.
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