Paso mis días, envuelta en un trabajo nuevo, que no sé si me llegará a gustar. Sustituyo a una mujer joven, a punto de ser mamá por segunda vez. Mi compañera de enfrente, me ayuda todo lo que puede, está muy liada, tiene demasiado trabajo; mis compañeras del fondo, son muy distintas: una es callada, muy concentrada; la otra, habla cada vez que algo la sale mal. Me da miedo preguntar, llevo pocos días y me equivoco. En esos momentos, me gustaría un abrazo silencioso de mi sonrisa, pero,acuden mis lágrimas, somnolientas, agotadas, vivas; que procuran no ser vistas por miedo al que dirán. Sigo trabajando con la sensación de ser algo boba, sigo.
Ana Tapias
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