La violencia contra las mujeres es una pandemia, que recorre el mundo desde que es mundo. Nunca he visto a ninguna mujer rebelarse contra el hombre, hacer la guerra contra su afán de posesión. Las mujeres, siempre calladas, resignadas, abnegadas, escondidas bajo su dolor. Leo dos noticias que me hastían, me abruman, me contagian las ganas de empuñar las armas morales de la lucha. Primer titular," Vendo esclava sexual con derecho a pegarle". La foto muestra a Lamiya Aji Bashar, esclava sexual yazidi, que logró escapar. Los Yazidíes, siguen su propia religión con elementos del zorastraísmo, cristianismo e islam. Son perseguidos, desde el Imperio Otomano. La intolerancia religiosa, la no empatía, el respeto roto, hacia los dioses de los demás surca las aguas del fanatismo. Lamiya, luce un rostro amoratado, hinchado, cubierto de cicatrices.¿ La religión golpea así?¿ Hay hombres que se creen legitimados para marcar las vidas de sufrimiento?. La religión, para los creyentes, soy atea; debería ser un remanso de paz, de perdón, de acercamiento al alma, de un ser humano marcado por un destino común. El otro titular," Quemadas vivas, 19 mujeres, yazidíes, por negarse a tener sexo con yihadistas". La foto muestra a las 19 mujeres, vestidas de blanco, enjauladas. Me cuesta creer, que no fueran violadas, ni torturadas, ni vejadas.
Las mujeres no queremos ser más víctimas, no podemos ser verdugos; anhelamos ser nosotras mismas.
Ana Tapias,
Las mujeres no queremos ser más víctimas, no podemos ser verdugos; anhelamos ser nosotras mismas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario