sábado, 30 de julio de 2016

El Papa en Auschwitz- Bikernau

Sobrecoge la imagen del ,Papa, paseando en los Campos de Exterminio". La soledad  de su figura blanca, contrasta con la austeridad de los barracones de la muerte. Pasados tantos años del" Holocausto", se puede distinguir a lo lejos, las chimeneas ardiendo;  los prisioneros exhaustos bajo la tiranía Nazi;  el olor a muerte que impregnaba sus cuerpos: la delgadez de sus miradas que no contagiaban pena a sus torturadores.  Las guerras, no seamos incautos, las hacen los asesinos con medallas; y, por desgracia uno nunca se quita la sangre de la historia, que corre por las calles de la memoria; vagunda, exiliada de la contemporaneidad, alejada del sentido común. Las guerras nunca se terminan.
En Memoria de todos los exterminados en la II Guerra Mundial
Ana Tapias

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