No sé que tienen las cremas, que las mujeres las usan como si fuera decisivo para retrasar su envejecimiento. Soy una analfabeta de cosméticos, me aburre tener que tomar la decisión vital y estratégica para mi piel, de elegir entre una y otra; doy por supuesto, que las más caras me harán rejuvecener y las más baratas me llevarán a los anticlinales y sinclinales de la vejez. Asi que, cómo conoco a los espejos donde me reflejo; mi abuela, Encarna, era un cádaver, de noventa y dos años, sin una arruja en su piel blanca, repleta de felicidad; mi madre, Carmen, a sus ochenta años, rebosa sinceridad en su piel; me dejo querer por el paso del tiempo, olvidando los potinges faciales. Pero, hay mujeres, con poder, que deciden meterse en el bolso dos cremas, eso si, por error; para tonificar sus palabras ante la Asamblea de elegidos; que hartos de preguntarse sobre si Madrid va bien, sólo se miran los unos a los otros criticando su decrepitud.
Ana Tapias( todos los derechos reseravados)
Ana Tapias( todos los derechos reseravados)
©
No hay comentarios:
Publicar un comentario