El silencio no es cosa de humanos, también las cosas, las frutas,
son poseedoras de silencios, que desde nuestro ruido interior, no sabemos
interpretar. Siempre suena algo en
nuestro cuerpo, que nos avoca a la preocupación de sí ese ruido, será normal
o formará parte de la muerte, que se aproxima; por eso, descuidamos las palabras
escondidas; esas que lloran al amanecer bajo la sombra de cosas y de frutas, que se empeñan en callar, para ser
olvidadas.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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