La
infancia, es un lugar perdido en nuestra memoria, a la que volvemos como
si fuera una isla mágica, que, abrazarnos ante la incertidumbre, ante el
dolor, ante la venganza del paso tiempo. No sé, si fui feliz en mi infancia, a
veces lo dudo, por eso, no busco en ella un consuelo a mis lágrimas inconfesables,
duraderas, exprimidas en la toalla cada amanecer; por es, no hablo de ella como si hubiera sido un canto
de silencios ante las preguntas de los mayores; por eso, no escribo de ella
como un recuerdo al que eche de menos. Mi infancia es un cuadro surrealista,
donde veía películas de Tarzán, la Pandilla, Heidi, Mazinger Z, y Marco; el
resto son imágenes sueltas que no sé si he soñado o vivido
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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