El pasado nunca nos abandona, de vez en cuando, encontramos c viejas fotografías, que
desnudan las vidas de mujeres, de hombres, de niños. Bien vestidos, acicalados,
quietos, uniformes, desgastados por el olvido. Leemos en sus rostros, si fueron felices o
tristes, pero somos analfabetos de la distancia. Devolvemos la fotografía al cajón,
dentro del cual estaremos nosotros algún día.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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