Muchas veces, encuentro con mis palabras, atrapadas en el
aire. Son, esos saludos, que nadie contesta, que nadie interpreta, que son
abandonados en mitad de la nada, donde se quedan vagando entre sus destinarios
y yo. No son personas importantes para mí, pero siempre procuro ser
amable. Me siento sola, ridícula, poco importante, desgraciada. Mi voz,
adquiere un tono tenue, perdido, escondido, escindido. Me regaño a mí misma, no
me perdono el suicidio de esas palabras sin destino,
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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