sábado, 8 de octubre de 2016

Envejecer

Esta sociedad no nos deja envejecer con comodidad, con dulzura, con acomodo a la realidad. Abrimos una revista y encontramos  cremas, potingues, pócimas para las arrugas;  mujeres estiradas que carecen de expresión;  canas ocultas bajo tintes que decoloran los pocos pelos que nos quedan. Estoy segura que mis bisabuelas, mis abuelas, se hicieron mayores con dignidad, sin necesidad de afeites que les conminaran a parecer lo que no eran: jóvenes. Hemos de rebelarnos de la tiranía de parecer quienes no somos, de caminar si nos cansamos, de reír si lloramos. La vida es tan breve que merece que seamos fieles a nuestra dignidad.
Ana Tapias

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