La vida son una serie de secuencias aglutinadas entorno a las decisiones. Coincidimos, hoy, con los padres de una amiga en un bar. El padre, algo tímido al principio, en la conversación, ha sacado el tema, para mi olvidado, de una renuncia que hice en el mes de Marzo. " Deberías haberte ido al pueblo", decía con una sonrisa. Retrocedí al momento de aquella oportunidad, para él perdida; me incrusté en mi valoración. No supe qué contestarle, ni cómo defenderme; me paralicé ante la duda de si había acertado o me había equivocado. La gente ajena debería pasar de puntillas por las lágrimas de los demás.
Ana Tapias
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