Soñar, por las noches, bajo la manta, empequeñece los problemas que me hacen vulnerable, sensible, agujereada, ante los ojos de los demás; que no respetan mis puntos, ni mis comas; que vomitan sus cenas, sus comidas, sus desayunos, sobre mi dieta, sin envidias. Soy hoja en un banco, mecida por el aire, no sometida, pegada a mi sombra, sin miedo a ser criticada, rodeada de gente que me escucha, me respeta, me apoya. Me despierto, crezco, camino bajo las miradas, las órdenes, los encantos imposibles de descifrar de los otros. ¡ Quiero soñar!
Ana Tapias
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