Ay, Federico, ya hace 80 años desde que te fusilaron aquellos que no leyeron tus versos. Ay, Federico, tu sonrisa se cubrió de lágrimas. Ay, Federico, tus manos, imposibles de encontrar bajo la tierra, aparecen en cada palabra tuya, que corre de boca en boca." Verde, que te quiero verde", Ay, Federico, eres sombra de carne y hueso, que late en cada corazón. Ay, Federico, la muerte se enamoro de ti para siempre, pero, tu nombre se bautiza cada día en la vida. Ay, Federico García Lorca.
Con admiración a la memoria de Lorca.
Ana Tapias
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