Ayer tenía un potente dolor de cabeza, que calmé con un analgésico. Me faltaban las fuerzas para casi todo, hasta para llorar. Escribía en mis blogs, sonó el teléfono, me llamaba Puri, a pesar de mi agotamiento, me vestí y quedé con ella. Al llegar al bar, el dueño era un camarero que conocí hace años. Me llevaba muy bien con él. Nos enseñó el lugar, y nos sentamos en la terraza. Empecé a desgranar mi calvario laboral de estos dos meses. Puri, lo ha pasado hace años, lo tiene superado. Me dice que los trabajos son asi, que la gente es asi. Me niego a asumir la derrota de un mundo, que no puedo cambiar. Llegaron Carmen y Luismi, pedimos otra ronda. Hablamos hasta de política, tema que debería estar prohibido, pues cada uno vota a un partido. Nos fuimos a casa, para llegar a la mia he de bordear el Acueducto. Vi, que había gente que subía las 110 escalerasm que dan acceso al final del Acueducto; olvidando mi anemia de energía, fui detrás de ellos. Saqué mi cámara de fotos, y empecé a dispar. Hoy al repasar las fotos, me he asustado por eso azul que aparece en la foto. He pensado que los marcianos nos querían atacar, y me daban a mí la exclusiva, para que se lo hiciera saber al mundo. Creo que mi imaginación me ha jugado un mala pasada, es la luna que a veces se deja querer por mi mirada.
Ana Tapias
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