A nadie le gusta que le llegue el temido bultito, a mi me llegó hace seis años, y ahora otra vez. En las dos mamas, hace seis años fue en la derecha, ahora en la izquierda. Mis bultos son democráticos e igualitarios. El miércoles empiezo el circuito de médicos, no sé ni cómo sentirme. En el trabajo, a veces, creo que estoy en un campo de exterminio. Salgo agotada, con ganas de meterme en la cámara de gas. No saco el trabajo adelante. Me siento triste, abandonada a mi nula, escasa, paupérrima, inteligencia. Toñi, me tiene que soportar. La pobre, se desespera, me grita; está harta de mis errores."¡ Qué has hecho hoy! me dice con la voz alzada.( Yo nunca sé lo que hacen el resto de mis compañeras). El hombre de la limpieza, al irse, Toñi; viendo mi cara a punto de llorar. Dice" Siempre hay alguien asi en todos los trabajos, no será para tanto". No sé ni que contestar. Recojo mis cosas, apago el ordenador, camino por el Centro, con la cabeza escondida bajo la poca dignidad que me queda. Mañana he de volver, charlar, disimular, como sino me afectará la rutina. . Por dentro pienso" Este trabajo va acabar conmigo".
Ana Tapias
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