Lo imposible secuestra mi voluntad, la deja ausente de formas, de sonrisas, de lágrimas. Me somete a alcantarilla del destino, con la voz tomada por la duda, por la incertidumbre, por la no certeza. Soy una marioneta que baila al ritmo del un rayo de sol; me ciega, me tira, me arroja contra el precipicio. Lo imposible no me deja ser feliz.
Ana Tapias
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