Caminar requiere paciencia, estilo, sobriedad; poner un pie delante y el otro detrás. Correr es ejercicio de la soberbia de alcanzar una meta. El caminante asimila el derrota, el corredor no puede parar a pensar; anhela cruzar la línea de meta, machacar al enemigo, asilar al derrotado. Caminar es elegir el horizonte, correr es saltar la valla de la indiferencia.
Ana Tapias
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