lunes, 31 de octubre de 2016

Ir al cementerio

Solía ir al cementerio a menudo, en el  cumpleaños, o en el aniversario de la muerte, de mis abuelos maternos; los paternos están enterrados a treinta kilómetros de Segovia. Últimamente,  pasaba a unos metros del cementerio, sentía deseos de acercarme, pero, una fuerza invisible me dejaba quieta en ese punto, sin poder continuar.  Mis padres, compraron flores para seguir la tradición de adornar las tumbas el Día de todos los Santos; por no dejarlos solos en el trance de subirse a la escalera, el nicho está en un segundo piso; acepté  suprimir mis lágrimas iniciales, me decidí a acompañarlos. Mis sobrinos de siete y cinco años, quisieron venir. Guille, de cinco años, pensaba que los muertos iban a salir de sus tumbas. Los dibujos animados deterioran demasiado la realidad. Al entrar en el cementerio, se sorprendieron de lo grande que era; se fijaron en la cantidad de flores que había sobre las tumbas. Mi corazón dejaba de latir, al acercarse al lugar de donde nunca volvieron mis abuelos. Mis padres como si fueran obreros del duelo, se afanaban por quitar las flores de plástico, para colocar los claveles: rojos y blancos. Santiago, mi sobrino, de siete años, me abrazó. Mis ojos eran un torrente de lágrimas, que debían seguir el cauce de la vida. Santiago y Guillermo, miraban sin entender la emoción de sus abuelos, de su madre y la mía; al besar, al acariciar, al no quererse desprenderse de la sombra de los que nos dejaron.


 Con todo mi amor a mis antepasados.

Ana Tapias


domingo, 30 de octubre de 2016

Nuevo turrón

Hay  gobierno, lo  único cierto en esta nueva legislatura  es que no tendremos que ir a votar el 24 de Diciembre;  que  podremos comer el turrón, tranquilos, sin sobresaltos, sentados en la mesa familiar; esperando el discurso del Rey. Mi abuelo, materno, en aquellas navidades de mi infancia, que viven agazapadas bajo el recuerdo; oía en la radio grande, de la cocina, el discurso pausado, armonioso, sin sobresaltos lingüísticos, de don Juan Carlos; sólo adulterado por las voces de mis hermanas y la mia, que nos colocábamos de refilón en las inhiestas palabras, de aquel ser,  que parecía llegado de otro mundo a la cocina; que olía a cardo, pescado frito, polvorones, almendras, y turrón. En las navidades del 2016, el nuevo turrón será el consenso que tendrán que comer la Cámara de los Diputados, con un gobierno sin mayoría.
 
Ana Tapias

viernes, 28 de octubre de 2016

Cercenar

He madrugado, a pesar de ser sábado. Confieso que amo el silencio, la oscuridad, la distancia con el ruido. Mi pensamiento crece, sin necesidad de la masificación de la rutina. Abro los ojos, que olvidan el pozo de los sueños, soy una mujer que sueña mucho, y luego recuerda. Despierta, mi mundo paralelo, me cercena la voluntad  para que lo escriba; me susurra" Estoy aquí". Fotografió hojas, que son las últimas voluntades de los árboles, para silenciar  mi mundo, no lo consigo. Me habla continuamente, sin cesar; a veces, no lo escucho imbuida en las injusticias de un mundo que lucho por cambiar. La noche destierra las preocupaciones a mi cámara frigorífica; el día que nace, bajo el sonido de las campanas, saca a la luz el mundo de los otros; el mío espera ser escrito.
 
Ana Tapias

Maria de Pablos Cerezo

Mi amigo, Emilio, me regaló un libro titulado" María de Pablos Cerezo". " Para ti que te gustan las mujeres fuertes, luchadoras y aguerridas", me dijo. Al llegar al trabajo lo ojeé, me encontré con la Calle Mal Consejo, mi calle; avancé unos renglones descubriendo el año 1914. " Mi abuela la habría conocido", pensé, pues nacieron en el mismo año y vivían a un metros de distancia. Adentrándome en el libro, escrito por Mariano Gómez de Caso Estrada, descubro bajo la mirada comedida de María, a una compositora-pianista; que triunfó en la década de 1920 en España, cuando las mujeres yacían emparedadas en el hogar. Viajó a Roma en 1928 con una beca,  en 1930 viaja a Paris, vuelve a Roma ( Estos detalles no los tengo muy claros); en 1934 compone su última obra:
"... Las almas a la imagen divina de la esperanza
que en el pecho  de niñas enamoradas
mariposa voluble bate las alas......"
Su vida musical fue menguando por la enfermedad;  que la relegó al olvido, al exilo, al destierro, de sus manos, de sus composiciones, de su canto a los sueños. María de Pablos Cerezo, fue una mujer que rompió barreras, que atravesó distancias, que voló en el espacio, y ahí sigue.
Con cariño y admiración a su figura.


Ana Tapias,

Rawan

 Rawan, tenia  ocho años, nació en Yemen. Su vida se fue por  los instintos sexuales de un pederasta de cuarenta años.  No entiendo cómo las niñas son vendidas al mejor postor en muchos países. Tal vez, deberían practicar abortos a los fetos de niñas, y eliminar a las mujeres de sus sociedades antes de nacer, así se ahorrarían matarlas después.

Ana Tapias


Por escribir esto me han insultado en" Facebook"." Perra loca o algo así", desde luego que he bloqueado la página. Soy libre de expresar mi opinión, de todas maneras era ironía.

jueves, 27 de octubre de 2016

Asesinados 22 niños y 6 maestros en Sira


El otoño ocupa mi mirada, en estos días en los que se aproxima el cambio de hora, y, la noche surcará las calles; en Siria los cadáveres invaden escuelas, hospitales, calles. Lo llaman ataques, son asesinatos masivos. Esta vez, ha sido en Idelb. Las hojas agonizan ante  la incertidumbre; en  cada amanecer; en  cada sonido de muerte; en  cada lágrima de terror ante el enemigo que cruza el horizonte. Los niños se convierten en pasado, cuando deberían ser futuro. Las sonrisas se trasforman en sombras. La vida no es rutina en Siria, es un acontecimiento. La guerra ha de parar para que las hojas sueñen.


Ana Tapias

miércoles, 26 de octubre de 2016

Evolución al ebook

Hemos perdido tantas cosas en el camino de la evolución al ebook, que cuesta recordar su nombre. Una de ellas, es entender el  sufrimiento que subyace en los demás. Cada ser humano, es una hoja frágil  que se rompe, que se resquebraja, que llora, cuando el viento de las palabras, de la indiferencia, de la crueldad, la  azota sin piedad. Nuestra vista se evade en el móvil, en la Tablet, en el ordenador; nuestros pasos caminan rápidos hacia el más allá de la felicidad, pero, al otro lado, mujeres, hombres, y niños, naufragan en lágrimas. El ebook nos ha vuelto máquinas.
Ana Tapias


martes, 25 de octubre de 2016

La Guerra

 Mi abuelo, materno, narraba la Guerra Civil Española, en la que tuvo que luchar. Con el paso de los años, sé que le hubiera preguntado si se hubiera cambiado de bando;  entonces  era padre de mi madre, y otro hijo llegaría pronto.  He imaginado, muchas veces, un diálogo invisible con mi abuelo, donde discutía con él. Enamorada de la idea romántica de la guerra como algo decisorio para cambiar tiranías de los países; estudié  la carrera de Historia. Creaba frentes, estrategias, avances, retrocesos, en mi mapa mental. Leí libros y más libros sobre todas las guerras. Después de años y años de sentir batallas, de blindarme ante el sufrimiento ajeno, de no visualizar a los muertos llamados "colaterales". La palabra guerra, se ha convertido en mi diccionario  en una definición, donde los asesinos con medallas, utilizan la maquinaria de poder para vengarse  de su condición de seres frustrados, inacabados, rotos, desquiciados, que matan sin piedad la alegría de seres que no se pueden defender. ¡ Si mi abuelo viviera seguro que lo entendería!
Ana Tapias

Secuencias

La vida son una serie de secuencias aglutinadas entorno a las decisiones.  Coincidimos, hoy, con los padres de una amiga en un bar. El padre, algo tímido al principio, en la conversación, ha sacado el tema, para mi olvidado, de una renuncia que hice en el mes de Marzo. " Deberías haberte ido al pueblo", decía con una sonrisa. Retrocedí al momento de aquella oportunidad, para él perdida; me incrusté en mi valoración. No supe qué contestarle, ni cómo defenderme; me paralicé ante la duda de si había acertado o me había equivocado. La gente ajena debería pasar de puntillas por las lágrimas de los demás.
Ana Tapias

lunes, 24 de octubre de 2016

Imágenes

Tengo el poder de ver imágenes sobre imágenes, quiero decir, que todo me lleva a algo, o alguien. Mis hermanas cuando se van a comprar un vestido o unos zapatos, me preguntan¿ A qué te recuerda?, rescato de mi memoria visual el vestido de la Tia Juana, de mamá, o de la abuela, Encarna, o las cortinas verdes, con las que Escarlata se hizo el vestido para engatusar al ya engatusado Red.  Últimamente me ha dado por robar imágenes en los jardines, en las calles, en los susurros de la conciencia ajena. 
 Las castañas inundadas por la lluvia, son  seres humanos que  mueren ahogados en pateras.  Las castañas desquitadas de toda esperanza, esperan la muerte, que llegará de la mano del basurero, o del jardinero, ante la indiferencia de los hombres y mujeres con sombras bajo sus miradas. Las imágenes son la compra-venta de la realidad.
Ana Tapias

sábado, 22 de octubre de 2016

Arrastrar la infancia

A veces, me pregunto cómo podría arrastrar mi infancia, hasta convertirla en un cuadro, para colgarla en la pared de mi dormitorio. Necesito mirarla, una y otra vez, cuando todo falla; cuando pierdo la ilusión; cuando la sonrisa se esconde debajo de la cama; cuando mis ojos no aspiran a tocar las estrellas; cuando mis manos silentes no acarician la esperanza; cuando la vida me parece un campo de exterminio; cuando mis abuelos son lágrimas en vez de palabras. La infancia se escabulle de mi museo de sueños,  para no pensar lo que era y en lo que se ha convertido.
Ana Tapias

miércoles, 19 de octubre de 2016

Soñar

Soñar, por las noches, bajo la manta, empequeñece los problemas que me  hacen vulnerable, sensible,  agujereada,  ante los ojos de los demás; que no respetan mis puntos, ni mis comas;  que vomitan sus cenas, sus comidas, sus desayunos, sobre mi  dieta, sin  envidias. Soy hoja en un banco, mecida por el aire, no sometida,  pegada a mi sombra, sin miedo a ser criticada, rodeada de gente que me escucha, me respeta, me apoya. Me despierto, crezco, camino bajo las miradas, las órdenes, los encantos imposibles de descifrar de los otros.  ¡ Quiero soñar!
Ana Tapias

martes, 18 de octubre de 2016

Ha caido Mosul

Mosul ha caído o caerá en unas horas, dejando de ser territorio del IS. Bombas y más bombas destrozan la ciudad sin sonrisas, sin esperanza, sin utopías. La sangre es el lenguaje de los hombres que disparan. Sólo la muerte se atreve a gritar victoria.   La vida se ha exiliado al mundo boca abajo,  donde un puñado de niños recogen sus juguetes, sin temor a ser enterrados entre los escombros. Mosul ha caído o caerá.



Ana Tapias.

lunes, 17 de octubre de 2016

Feminicidio

La primera vez que escuché la palabra" Feminicidio", fue para describir lo que ocurría en Ciudad Juárez( México) con las mujeres. Leyendo, la Wikipedia, me entero que los asesinatos de mujeres se producen al menos desde 1993.  Genésis Urritia, desapareció el 29 de Septiembre en Veracruz, tenía 22 años. En Argentina, cada 30 horas muere una mujer víctima de la violencia de género. Lucia Pérez, de 16 años, el 8 de octubre en Mar de Plata, fue raptada, drogada, violada, empalada.  En España, ya son 34 mujeres asesinadas en el 2016, por violencia de género. ¿ Hasta cuándo seguirán cayendo?  ¡ No más muerte de mujeres!¡ Basta ya! 
Ana Tapias

Las apariencias

Siempre me ha aburrido aparentar lo que no soy, lo que no tengo, lo que no sé. Confieso que nunca saqué buenas notas en el colegio, muy lista no soy. Si  me preguntan por la blusa que llevo" Me la ha dado mi hermana, era de  su suegra".  Si desconozco el tema del que están hablando, me callo, e intento aprender. Pero, hay algunas personas, que son como la hojas de la foto, siempre han de aparentar que no se hunden; han de tener una vida mejor que los demás. Mi torpeza no necesita saltar a la comba, para sentirse mejor.
Ana Tapias

Lenguaje

 Al cabo del día, escucho, leo, muchas formas de hablar, de escribir. No me molestan los tacos, ni me agreden.  En Segovia es común el" Hostias, o no me toques los cojones". Los poetas tienen la obligación de ser espejos donde se reflejen sus lectores.  Me he pasado las dos últimas semanas leyendo a un poeta, utilizaba palabras como pavos, para referirse al dinero; cepillarse por hacer el amor;  y más expresiones que he olvidado. Su lenguaje roto, deshilado, desencajado; me hacia apartar la mirada de sus textos; me acercaba al sufrimiento de la perfección, que ha tener  un poeta; me desquiciaba mi anhelo de belleza. El lenguaje no es provocar, es acariciar las ideas que nos rodean.
Ana Tapias

domingo, 16 de octubre de 2016

Víctima número 34 de la violencia de género

La víctima número 34, ha sido presuntamente asesinada por su expareja en Olivares, Sevilla. No sé cómo se llamaba, ni su edad, pero, seguro que no esperaba morir así. Imagino el sufrimiento que atesoraría día a día; sus lágrimas derramadas en horas de soledad; su miedo a contar lo que la pasaba;  su sensación de  que sería la siguiente. En cada mujer que matan, nos matan a todos. Yo condeno este nuevo crimen.¡ No más violencia!
Ana Tapias

sábado, 15 de octubre de 2016

Dia de la Mujer Rural

 Evarista, se llamaba.  Nació a treinta kilómetros de Segovia,  fue madre de ocho hijos cuando por  ser familia numerosa no te daban descuentos.  Sus manos sortearon el hambre; gestaron patatas; acariciaron las ubres de las vacas; cocinaron en tiempos de  silencio, de carestía, de sumisión a la chimenea negra, humeante, fría; esperaron en la soledad de la alcoba vacía, la llegada de su marido, pastor de ovejas; sucumbieron al paso de los años cubriéndose de arrugas. Hoy, Dia de la Mujer Rural, recuerdo a mi abuela, que fue azada para su familia.
Con todo mi amor a mi abuela
Ana Tapias

Arrugas en el alma

No sé si mi cuerpo alberga  mi alma o no, pero, si la tengo debe estar  arrugada. Lo mío no es planchar, suelo quemar la ropa; mi madre ha decidido que planche toallas, servilletas, y pañuelos. Soy una  pésima ama de casa: deconstruyo el polvo, lo traslado de un lugar a otro, eso si, con suavidad; esparzo las migas de pan, las pelusas, los papeles, los restos, por las habitaciones; dejo las sábanas como estaban al levantarme, las pongo sobre el colchón; paso la espiradora en circulo; los cristales se lavan con la lluvia; cocino bien la pizza, empiezo a aglutinar ingredientes hasta darla sabor. Mi alma arrugada se queja dolorida, tal vez deba  volver a caminar para estirarla.
Ana Tapias

viernes, 14 de octubre de 2016

Restar emociones

A las siete y media de la mañana,  había dos compañeras en el sala donde trabajamos. Al verme entrar, una de ellas, cuyo nombre no quiero recordar, hizo el sonido de que se callarán. Hablaban de mi, decían cosas que podían restar mis  emociones:  dejarlas desnudas, vacías, carentes de sentido. Caminé con la poca entereza que me quedaba; fui a mi sitio, encendí el PC. Mis lágrimas invisibles resbalaban por mi mesa, por mi silla, por mi esperanza de sentirme querida. Tecleé Bocyl en el Google, luego Boe;  leí los anuncios, no me interesaban.  Fui al baño sin prisa, nadie me esperaba en mi puesto. Regresé lentamente, con cautela; mi silueta apareció ante ellas, palidecieron sus palabras de nuevo. Más silencios enmascarados, que ocultaban lo que no me dicen, lo que callan, lo que desdicen sus sonrisas. Sus voces apagadas, se convirtieron en gigantes que giraban  y giraban, a lo largo de la mañana;  que me golpeaban una y otra vez;que me tiraban al suelo. Esperé a que  don Quijote me rescatará, pero, debía estar en otro Centro de trabajo.
Ana Tapias 

jueves, 13 de octubre de 2016

Estoy cansada

Estoy cansada de fingir que no me afectan los comentarios de mis compañeras;  que la sonrisa me acompaña siempre. Suelo colocar hojas en sus expedientes; al hacerlo imagino la felicidad de esos desconocidos que tienen trabajo fijo.  Mientras suspiraba en cada vida que no viviré, ha entrado en el cuarto, Pilar,  me ha dicho" Parece que estás castigada", no la he contestado. He pensado que" Ya no estamos en el colegio". Al volver a mi sitio, he comentado a Ana, que conoce a uno de mis amigos; que el viernes le dije quién era, pero, que no se acordaba de ella. Me  ha respondido" A saber que le has dicho" con un tono duro. Me he sentido como si fuera un árbol en blanco y negro, difuminado en los días grises; esos en los que llueve bajo mi  mirada.  Ana Tapias

miércoles, 12 de octubre de 2016

Otoño

El otoño se resbala, cruje, se deja sentir sobre calles, aceras, parques. La nostalgia se balancea sobre las hojas caídas; volvemos al pasado, que siempre buscamos olvidar para no sentirnos mayores; para no pensar que un día nos convertiremos  en sombras diluidas en la memoria, de aquellos que alguna vez nos quisieron, impulsados por la rutina. El otoño crea distancias imposibles de vengar.



Ana Tapias

lunes, 10 de octubre de 2016

El sentido común

El sentido común me falla, cuando me pierdo en el bosque como si fuera Pulgarcito buscando el camino de vuelta a casa. Estoy perdida en medio de la vorágine diaria. Ella, sentada en una silla, me escupe con su indiferencia. No sé qué decirla para que me hable, para caerla bien, para que su desprecio no  agujereé mi ánimo, ya debilitado, por la contaminación de la rutina. Sonrie, gesticula, verbaliza, lo feliz que es ante las demás. Pulgarcito ha sido engullido por el ogro, nada  puedo hacer.  He de recuperar mi sentido común.
Ana Tapias

domingo, 9 de octubre de 2016

Wahida Mohamed

Wahida Mohamed, es una iraquí de 39 años. Ha pasado de ser una ama de casa  a comandar la brigada "Um Hanadi" que lucha contra el ISIS;  a cuyos miembros cuando captura "decapita y cocina su cabeza".  Me cuesta entender desde la tranquilidad de una sociedad que no me oprime;  su odio, su crueldad, su venganza.  A mi, no me han matado a dos maridos, ni a seis miembros de mi familia; ni vivo asediada segundo a segundo, por una guerra con unos combatientes que me degollarían, torturarían, vejarían. La violencia conduce a violencia, es difícil decir  "No", cuando todo tu mundo gira en torno a ella.
Ana Tapias

sábado, 8 de octubre de 2016

Envejecer

Esta sociedad no nos deja envejecer con comodidad, con dulzura, con acomodo a la realidad. Abrimos una revista y encontramos  cremas, potingues, pócimas para las arrugas;  mujeres estiradas que carecen de expresión;  canas ocultas bajo tintes que decoloran los pocos pelos que nos quedan. Estoy segura que mis bisabuelas, mis abuelas, se hicieron mayores con dignidad, sin necesidad de afeites que les conminaran a parecer lo que no eran: jóvenes. Hemos de rebelarnos de la tiranía de parecer quienes no somos, de caminar si nos cansamos, de reír si lloramos. La vida es tan breve que merece que seamos fieles a nuestra dignidad.
Ana Tapias

viernes, 7 de octubre de 2016

Olvidar

Inmersa en mis múltiples pensamientos, me encuentro en otra habitación de la casa, he ido a coger algo que me hacia falta.¿ Qué era? Me pregunto desconsolada. Miro a un lado a otro de ese cuarto, no veo nada. Me siento poco ágil, poco rápida, cien por cien insegura,  en un planeta al que no sé cómo he llegado. El desconcierto, me hace pensar que estoy loca, que la edad me ha dejado fuera de la hoja de ruta del recuerdo. He de hacer algo, siempre hay que hacer algo para que no te acusen de vaga, de poeta, de vagabunda. Salgo del lugar, me reencuentro con mi destino que me lleva a lo que buscaba.
Ana Tapias

No hay otoño

Caminaba con los potentes rayos de sol sobre mi piel; miré, al lado del derecho de la carretera, se escondía un jardín de hojas secas. No había visto tantas hojas en todo lo que llevamos de Octubre. Pensé que no había otoño;  que sería romántico dejarse cubrir por las hojas que caían de los árboles. Seguí mi camino envuelta en la nostalgia;  encontré  una hoja, atrapada, en una verga metálica;  la podía haber cogido, para guardarla, pero no quise ser incubadora de hojas;  la dejé en manos de su destino. Adormecida por el frio soñado, frotaba mis manos, mis pies ateridos no resucitaban, por mi boca salía humo. En la Calle Real, un olor me acercó a mis otoños de niña; donde la ilusión decidía el rumbo de mis pasos. La castañera, un ser extraño, aparecía cobijada bajo un moño; sus manos grandes, negras, azuzaban  el mango de unas tenazas en un sartén, las castañas debían estar fritas por todos sus lados. Pedía a mi abuelo, Leoncio, que me comprará castañas. Mi abuelo, pagaba  cincuenta pesetas por doce.  Despegaba la cascara, que se deslizaba hacia el suelo. Mi nariz cambiaba de color, mi cuerpo bailaba, mis dedos salían de dentro de mis bolsillos.  ¡ Eran otros octubres!
Ana Tapias

Mujer asesinada en Arévalo

Se llamaba Mónica, tenía 33 años y dos hijas pequeñas. " Presuntamente" la ha matado su pareja. He perdido la cuenta de las mujeres rotas, que se han quedado en el camino.  La sociedad se esconde en los escaparates, donde el glamour es la testosterona de la vida de consumo, que los lleva a caminar deprisa para no pararse a pensar en el dolor ajeno. El sufrimiento, invisible, de tantas mujeres, ha de ser visibilizado. Hemos de alzar la voz  ante  la violencia de género.¡ No más muertes de mujeres! Yo condeno.
Ana Tapias

jueves, 6 de octubre de 2016

La muerte

Cuando vamos a un entierro, nos topamos con un ataúd de alguien a quien conocimos, tal vez amamos, o respetamos. Pensamos que nuestra muerte está lejana, no es cierto;  nuestra muerte está  debajo del sombrero;  ese que no levantamos por miedo a no dejar de  llorar;  a aceptar que nada tiene sentido; que el sufrimiento es una hipoteca sin sentido. 
La muerte, nos empuja a soñar;  a crear otros mundos cubiertos de esperanzas, de hojas, de nubes, de casas, de zapatos nuevos, de corazones escritos en la corteza de los árboles, de lluvia que no empapa, de nieve que no está fría, de amigos que nunca nos traicionan, de compañeros que nos ayudan, de heridas que se cierran. La muerte domina todos nuestros deseos, pero, no lo aceptamos.
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Ana Tapias

Ranas

Leo una noticia en el National Geographic Español" Se extinguió la rana arborícola de Rabb".  Veo su foto, es marrón, con ojos saltones, piel curtida, está en posición de rana.  Tenemos que conservar las especies para oír su canto; para sentir sus pasos; para descifrar su comportamiento; para no verlas a través de los libros; para jugar a ser ellas con nuestros hijos o sobrinos; para buscar su mirada cuando la ternura nos ignore; para  ahuyentar de las lágrimas cuando la guerra nos oprime el corazón. Debemos aprender a amar a los animales, condenar a quienes los torturan. Al extinguirse una especie, se va algo de nosotros.
Ana Tapias

miércoles, 5 de octubre de 2016

Bodegas de la muerte

Leo un articulo en el Diario" El Mundo", titulado" Las bodegas de la muerte". Una imagen cubre mi ánimo de dolor, de indignación, de pena, de rabia. Cuerpos yacen apilados, como si fueran basura.   Uno de ellos, tiene los ojos abiertos, mira hacia la nada; esa que pretendía evitar al subirse a ese monstruo devorador que ha tragado sus sueños.  Los que sobreviven han sido encadenados, para no amotinarse; han sido golpeados para no rebelarse;  han sido escupidos en su dignidad,  por los traficantes de seres humanos. . ¿ Hasta cuándo Europa va a permitir esta otra guerra? Europa, la gran Europa,  debería proteger a estos hombres, mujeres y niños, que luchan por una vida mejor. y no dejarlos en manos del destino
Ana Tapias

lunes, 3 de octubre de 2016

Sentido de la vida

Desde el silencio, que es el abandono de la palabra, me preguntó¿ Qué sentido tiene esta vida?. A mi alrededor, encuentro seres que acumulan zapatos, vestidos, collares, pendientes, chaquetas, bolsos; que deben dinero a los bancos;  que sueñan con no ir a trabajar; que no cambian su uniforme gris por miedo a no ser como lo demás, y estar enganchado a todas las servidumbres del mercado de consumo; que miran al cielo como si fuera la respuesta a todos sus males; que rezan para sentirse más libres; que anhelan ser ellos mismos. El sentido de la vida es sonreír junto a nuestra verdad sea la que sea.
Ana Tapias

domingo, 2 de octubre de 2016

Incardinar

¿Cómo incardinar mi cuerpo al paisaje? Esa pregunta atormentaba mis pasos domingueros, que huían de la rutina semanal en busca del paraíso perdido, ese que ni Ende se hubiera atrevido a escribir, por miedo a equivocarse, pues cada uno soñamos con el nuestro. Fotografiaba el incipiente otoño, que acaricia calles, que nieva parques por las noche, que sucumbe a los jardineros; cuando vi mi sombra reflejada en el campo amarillo.  Carecía de esqueleto, de huesos, músculos. Me sentí libre de las cadenas del asfalto;  volé hacia la naturaleza sin mi mochila, sin mis  llaves, sin mi móvil. Abracé la hierba, me camufle en su silencio, ahí sigo hasta que mañana suene el despertador.

Ana Tapias

Fernando Grande Marlaska

Le conocía  como un Juez escoltado, entrando el juzgado. Un día, abrí el periódico, me topé con una entrevista suya. Confesaba que amaba a personas de su mismo sexo. Declaración que me pareció valiente, cargada de optimismo, y, necesaria. En el seno del " Hay Festival", en Segovia, vi su nombre. Charlaría  con Rosa Montero y Nativel Preciado, de su libro. Saqué la entrada. Di el paso de dejar atrás al personaje y situar a la persona en mi marco de realidad. En la Iglesia de San Nicolás, el  espacio se quedaba pequeño; el público no cabía, se armó un pequeño revuelo. Me senté rápido, pues estaba bien situada en la cola.  El Juez esperaba tranquilo, Rosa Montero y Nativel Preciado, miraban a la puerta, esperando la señal de empezar la presentación del libro" Ni pena ni miedo". Contuve mi respiración, los nervios me pudieron unos minutos. Marlaska al escribir, se desnudaba delante de la sociedad; se exponía a llenar su cuerpo de cardenales; de poner la otra mejilla. Su voz tranquila, sosegada, acaramelada a su verdad, me conquistó. En ella residía la fuerza, que todos necesitamos cada día para saltar por encima de las barreras que nos impone la sociedad.  Libros como el Fernando, son ejemplos de que a lucha siempre merece la pena.

Ana Tapias

Barreras

Los humanos somos especialistas en crear barreras, que cercenan las ansias de libertad de otros ciudadanos. Noruega construye una valla de seguridad en Storkog, en su paso fronterizo con Rusia en el Ártico. Los refugiados que huyen del hambre, de las bombas, de la muerte, en sus países;  tendrán que idear otra forma de sobrevivir. Tal vez, deberían ganar terreno al mar y  crear un país sin banderas, ni nacionalidades; donde sus cuerpos fueran  libres de caminar, de soñar, de amar, de dibujar estrellas en la arena, de adobar caricias, de reír sin pistolas, de comunicar la vida, de enterrar a los muertos, de vivir sin ser sombras.


Ana Tapias

Politico

El político español me recuerda a un cetáceo gordo, pesado, que respira bajo el agua, olvidando salir a la calle a encontrarse con el sentir del pueblo. El español mileurista, bastante tiene con acometer las facturas: del agua,  de la luz,  de los alimentos  y la hipoteca; para preocuparse del no gobierno; de los no pactos; de las luchas internas en el Partido Socialista; de la corrupción; de las terceras elecciones generales. El cetáceo cubierto de grasa, sobrevive mientras el resto malviven. Ya va siendo hora de pedir responsabilidades a los políticos, y quienes no quieran asumir compromisos, que se vayan a buscar barcos hundidos o nos hundirán a todos.
Ana Tapias