¿Alguien se ha fijado en la ternura que desprende una alcantarilla? Seguro que no, caminamos siempre en línea recta; evitando enamorarnos de lo que se escapa a nuestro entendimiento; de los que cargan con utopías no derrotadas; de los que se atreven a hablar en voz alta; de los vengadores de las distancias. Las alcantarillas, pueden hacernos caer, tropezar, sentir el abismo de que la vida, es algo más que pagar la hipoteca; la vida es sonreir a los sueños.
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