domingo, 25 de diciembre de 2016

No empatía

Yo era de las que sonreía, de las que iba con el corazón en la mano, y lo entregaba a todos; pues nadie me parecía malo. Ahora, he descubierto la cruel, inhóspita, agotadora realidad; nadie es bueno. La no empatía, domina al ser humano; lo trasforma en un ser lleno de humo, de envidias, de odios; que bombardean a los demás. Este descubrimiento, me ha vuelto más egoísta, más negra, más vieja. Ignoro a mi corazón, lo escondo en una caja fuerte, cuya clave no sé si recordaré. La vida es así, como dicen mis amigas.
Ana Tapias

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