Hace cuarenta años, tuve seis años. Iba al colegio de las Concepcionistas de Segovia. Era pequeñita, rubia, ojos marrones enormes. Aquel colegio, me parecía enorme, siniestro, lleno de puertas, que nunca me atrevía a atravesar. Estudiaba primero de EGB; mi profesora era una monja llamada Felicitas, sor Felicitas. Me pegaba contra la pizarra, me metía dentro de un armario, por no aprender a sumar. Hoy las Concepcionistas, celebran su fiesta con una misa. Fui con mis padres, al finalizar la eucaristía, había que felicitar a las madres educadoras. Felicitas, me dijo que la diera un beso. Me abracé a mi mamá llorando. Al volver a clase, mi maltratadora, delante de mis compañeras, me hizo besarla, tuve hacerlo. Mis años escolares, fueron una pesadilla, de la que pasados 40 años, aún no me he recuperado. He pasado por la puerta, he sentido ese miedo, que fue mi educación.
Ana Tapias
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