Salí de casa a comprar el periódico a las diez de la mañana. Enfrente del bar José Maria, el mejor para comer asado, en estos momentos en Segovia. Un tendero, ponía un árbol de Navidad, al lado de su tienda, un restaurante de pizzas, creo. Era grande, artificial con muchas ramas, de algunas de ellas colgaban adornos. En una de las libres, se posó un gorrión. Sentí ternura, ante esa incubadora de plástico, que recogía el descanso de ese pajarito sin hogar.
Ana Tapias
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