miércoles, 10 de octubre de 2018

El dolor

Nunca he tomado pastillas para combatir el dolor psíquico, que me ha lacerado en multitud de ocasiones. Cuando me clava la lanza, suelo llorar sin miedo, tranquilamente, en soledad. No me gusta tener testigos de mis lágrimas.  Mi tristeza,  forma parte de mi austera intimidad,  que nunca descifro. Me gustan los jeroglíficos del sentimiento. Si algo voy aprendiendo con el paso de los años, es que el dolor se supera, poco a poco, sin traumas, ni estragos. Las personas, que amamos, que queremos, que invitamos a compartir nuestro tiempo en la vida, que siempre es limitado;  nos decepcionan,  y eso atrae  al sufrimiento;  que invade  nuestro cuerpo, hasta llegar al último reducto de nosotros mismos, que es nuestra sombra. El dolor no es fácil, pero si necesario, para avanzar hacia la felicidad, encubierta en nuevas heroínas y héroes, que rescatarán nuestra sonrisa de la despedida.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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