Zapatos con tacón, sin
tacón. Zapatillas de deporte. Zapatillas de estar por casa; se unen en el
armario; encerrados bajo la nostalgia de quien abre y cierra, sin saber hacía
donde se dirige; envueltos en su paraguas de dudas; acariciados por los susurros
del olvido; despistados por el horizonte sin semáforos. Las huellas de los
zapatos y zapatillos; lloran, en su cárcel, hasta que se agotan de ser
suplicar oxigeno para sonreír. Así que, inmersos en la incertidumbre de su vida, se
apagan lentamente, al lado, de otros zapatos, sin empatía; que buscan palabras nunca
dichas, nunca imaginadas, nunca expresadas; que anhelan ser trabajados para no
ser víctimas de su adiós prematuro en un armario sin eutanasia.
Ana Tapias( todos los derehcos reservados)©
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