lunes, 26 de noviembre de 2018

Fatiga de la vida

No soy una gran deportista, pero, sino camino, me duele la espalda, al estar tantas horas sentada.  Como no caminé el sábado y domingo, salí el lunes a estirar algo las piernas. No tenia claro el rumbo de hacía dónde iría, pero llevaba mucho tiempo sin ir a saludar a mi árbol. Fui directa a abrazarle, hasta llegar me paraba a hacer fotos. Una mujer mayor, pequeñita, con gafas, me seguía, la adelantaba, me paraba a hacer fotos, así estuvimos un rato, hasta que me habló¿ Qué haces con las fotos?, preguntó" Las pongo en mi blogs o en Facebook" contesté, sin más pretensiones de continuar la conversación.  Ella siguió hablando, la animé a caminar un rato juntas, me contó que era religiosa. Me podía haber callado,pero  confesé mi ateísmo y mi desencuentro con las monjas, Concepcionistas, de Segovia;  dos de ellas,  me pegaron y ahora estarían en la cárcel;  pero en 1976 y 1978, la iglesia aún tenía mucho poder. “Jesús, no tuvo la culpa", me contestó. Hecha mi confesión ante una mujer desconocida. Me dijo, que había dirigido colegios de las "Oblatas". Ayudaban a niñas con hogares deshechos,; con padres con la cárcel; con madres ajenas a las necesidades de sus hijas. Para mantener a estas niñas, ella, había tenido que pedir de casa en casa. Nadie los ayudaba en aquellos años, y sobrevivían como podían. Con algunas de las niñas, hoy adultas tiene contacto por WhatsApp. Siguen teniendo casas para ayudar, pero ahora son mujeres maltratadas, mujeres sin recursos. Su relato me llegó al corazón. Nos despedimos con un beso y sor Angelines prometió rezar por mi. Voy  a volver a caminar por allí, necesito verla, es todo bondad e inteligencia

A sor Angelines con cariño
Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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