Es fácil, asumir ciertas rutinas, como desayunar. Cada día, tomo
leche con tres galletas, delante de mi libro electrónico, donde leo varios
libros a la vez."El gigante enterrado" " Los restos del
día" de Kazuo Ishiguro, y poemas de Alejandra Pizanirk. La cuchara,
siempre se mancha, al mover la leche con el café, no me molesta, es más, cada
día la encuentro más bella, más cercana, más necesaria. La dejo,
cuidadosamente, en el fregadero, al terminar de beber el descafeinado de
microondas; la lavaré y volverá a su lugar con el resto de las cucharas; pero,
para mí hasta ese momento es la única. A veces, escucho la radio; otras,
prefiero que voces ajenas no perturben mis pensamientos aún dormidos y
necesitados de oxigeno de palabras, para resistir las horas de un calendario
que avanza inexorablemente.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario