En las costas de Barbate, han muerto al menos dieciocho migrantes el martes. Iban apiñados en una patera de madera, entre 43 y 46 hombres, mujeres. Algunos, llevan chalecos salvavidas; el resto se aferró a los chalecos de sus compañeros. Hundiéndose unos a otros. Nadie habla de ellos; parece que nos molesta que vengan a nuestras costas; sentimos que van a inundar nuestro país con sus malas artes; queremos que se vayan a sus países. Pero, su realidad es tan dura, tan cruel, tan inhumana, que ellos, que ellas, deciden saltar por encima del miedo a perder sus vidas en el mar, para lograr una existencia mejor; para no empañar sus ojos con lágrimas de pobreza; para caminar descalzos en medio del asfalto; ya que, nunca los dejaremos nuestros zapatos. Ellos, ellas, son héroes, son heroínas, de la necesidad; por eso, debemos comprenderlos; debemos dejarlos sentirse a salvo; debemos llorar sus muertes, pues su enfermedad la podemos curar con abrazos de solidaridad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados))©
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