Ayer, fue 20 N, que cuando era pequeña,
recuerdo que oía eso de" Es mejor no salir a la calle, que puede haber
peleas". A mí, desde entonces, ese día, que me daba mucho miedo.
Imaginaba desde mi comedor. puñetazos entre gente, aunque no lograba entender
porqué se pegaban. Pasados cuarenta y tres años de la muerte del dictador, empiezo
a entender lo que no viví. Había muchos nostálgicos de la dictadura( las
dictaduras manipulan tanto, que terminan convenciendo a muchos de su bondad)
contra aquellos que habían luchado, tantos años, clandestinamente contra ella. En
el 2018, quedan pocos franquistas, pues la mayoría están enterrados y el
recuerdo del dictador en los jóvenes es una rebeldía insensata, innecesaria y poco
ajustada a la realidad española de aquellos tiempos; donde, España, fue una
cárcel dentro de muchas cárceles, de las cuales era difícil escaparse. El caudillo, jefe de todos los ejércitos, se
ve en la tesitura incómoda para su debilitado esqueleto de ser exhumado de su tumba. Un lugar
cargado de sufrimiento, de dolor, de sangre. Franco, tuvo que ser juzgado en
vida, pero, tal vez, el cambio de residencia eterna sea una necesidad para los
familiares de los represaliados. La venganza del tiempo siempre llega.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
))©
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