lunes, 25 de mayo de 2020

El otro confinamiento, las otras cárceles

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©



Los animales. callejeros, sufren su propio confinamiento dentro de las cárceles del abandono de una sociedad, que siempre está cubierta de mascarillas para ellos; que los observa desde la distancia, para no  contagiarse de sus virus, pues no están vacunados, ni siguen dictados veterinarios. Recuerdo a un perrito, pequeño, que un día me siguió, hasta la calle más céntrica de mi ciudad, y que fue reconocido como un perro sin dueño, alguien llamó a la policía local, para que recogiera al perrito y no contaminara al resto. Ignoro si, el perrito. habrá sido sacrificado o adoptado, Los animales que no viven con las comodidades, regaladas, por un dueño generoso, han de enfrentarse al sufrimiento de su supervivencia en un medio hostil, como es la calle, llena de peligros: coches, motos y los humanos quienes, a veces, los envenenan sin pudor; pues no quieren la suciedad de su presencia en el entorno de sus límpidos, cristalinos, claros, hogares, donde el confinamiento es contemplar detrás de los cristales, nunca enfrentarse con la cruda realidad de dormir al raso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario