jueves, 14 de mayo de 2020

Exprimir el recuerdo



Es curioso, cómo amamos a nuestros antepasados. La mujer de moño canoso, mirada profunda, manos tranquilas, es una de mis, bisabuelas, maternas.  La madre de mi abuela, Encarna; la niña sentada sobre sus piernas, oculta, tras el gajo de naranja es mi madre. He conocido a, Flora, Florinda, a través de los recuerdos, de  las palabras, de las viejas fotografías; además,  creo que. un día, de enfermedad a los cinco años, vino a cuidarme a mi cama, que antes fue suya.  Fue una mujer. valiente, entera, hecha a si misma,  que crio sola a sus tres hijos, pequeños, sin un riñón. Hecho que siempre me pareció extraordinario, que sucediera en los años 30. Imaginaba a mi bisabuela, trabajando en la confitería, cansada, sin parte de su anatomía;  pensando en sus tres hijos, quienes pronto se pusieron a buscarse la vida para aliviar las penurias del hogar.  Flora es parte de mi herencia de supervivencia, por eso,  la necesito en mi memoria sentimental. 
Con todo mi amor a la memoria de mi bisabuela ,Flora, una gran mujer, que ha de ser eterna.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©


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