En estos momentos, donde nos han confinado en nuestras casas, sin darnos otra solución para frenar el avance de la pandemia; salir a la calle, se ha convertido en un acto de valentía, de osadia, de libertad; por eso, los que tenemos la obligación de salir para ir a la compra, al Centro de salud, a la Farmacia, vamos saltando obstáculos que se asemejan a rostros compunjidos; a formas desdibujadas por el dolor; a cuerpos soterradoss a la incertidumbre de la rutina; a sombras inmersas entre sus recuerdos; a muertos sin enterrar en la memoria; a esqueletos que claman justicia. Los que hemos de salir a las calles, al menos, podemos, pararnos un segundo eterno, para abrazar el horizonte, y no caer en la derrota.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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