viernes, 8 de mayo de 2020

Melancolía de manos libres

Mis manos, viven encarceladas, enclaustradas, encadenadas a un virus, que he pasado, que he sufrido, que he vivido. Mis manos.  libres de la enfermedad, no pueden acariciar superficies familiares;  ni sentir el latido, de las piedras, de mi ciudad; ni besar, cercanías, que se convierten en invisibles a mi tacto. Mis manos, han de conformarse, con atrapar el horizonte con unos guantes de plástico, para poder ser libres algún día.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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