El amanecer no suele ser pensado, las legañas aún cubren nuestros ojos, inmersos en las pesadillas del mundo eterno, sin limites, que nunca pasa de moda. La luna, se abre paso entre las cuerdas de tender la ropa. Las campanas suenan a lo lejos. La silueta del la sierra, no es una aventura, es una realidad colmada de sucesos, que se deslizaran al cabo de las horas, como si fueran importantes, para ser olvidados en el anochecer.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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