Llevo días, queriendo escribir sobre el terremoto de México del 19, pero, el dolor que me ha invadido, ha pertrechado mi animo para hacerlo. Las imágenes de mis amigos mejicanos de Facebook, invadieron mi alma de lágrimas. He llorado, con cada edificio derrumbado, con cada victima bajo los escombros, con cada salvamento imposible a ras de suelo. La tierra no es justa nunca, no es equilibrada, ni sostenible. La tierra ejerce su violencia, que nos atrapa bajo su dictadura. Los mejicanos, ávidos de salir de la cárcel de su ciudad destruida. Han unido sus manos, solitarias, ancladas, en la distancia de la rutina, para calmar el llanto de un pueblo que yace atrapado bajo la violencia
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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