El cansancio aparece en mis ojos, se cuela bajo mis pupilas, se cae hacia el abismo que representan mis pies. Sé que tengo que sobrevivir en este mundo, de cosas prefabricadas; que me aburren, que me hastían. No sé, por dónde se abre la bolsa de plástico del queso rallado, en el suelo hay unos cuantos trozos de queso, que tengo que barrer, para no pisar, las manchas que serían peor que un mapa de España, con comunidades autónomas sin delimitar. Sonrío, el cansancio se difumina entre mis dedos, que sueñan con escribir.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
No hay comentarios:
Publicar un comentario