Las vecinas, o son entrañables o son unas cotillas. Una, siempre esboza la misma pregunta ¿Dónde se mete tu amiga? no sé, en que idioma decirla que no salimos juntas, hace dos años. Otra, me asedia con el trabajo. Suele estar bien informada. Si lo tengo no me incordia. Sino lo tengo, se acerca jubilosa"¿Qué tal?" "Bien, estudiando", contesto con desparpajo" Tienes un plato de comida", me replica. " A veces, hasta hago yo la comida", respondo, aburrida de sus insinuaciones" Bueno, bueno", se va, con su marido. Un pobre hombre, consumido, amargado, atormentado, por una mujer que vive en la calle, en vez de en su casa. Nunca me atrevo, a insinuarlas. nada de sus vidas, que desde mi balcón, parecen como si estuvieran blasonadas por el hastío.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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