Leía, cosas atrasadas. Uno, ya sabe lo que ha ocurrido y no hay misterio en la lectura. Una imagen me ha asaltado sin pedir permiso. Era del sueño de esta noche. En las pesadillas, casi nunca oscurece. Salía de la casa de una de mis hermanas, después de cuidar a mis sobrinos, para volver a mi casa. Me puse a caminar en línea recta, así creo que me perderé menos. Las calles no me sonaban. Me dio por pensar que estaba perdida, pues los limites del barrio o pueblo, eran todo campo. La angustia de quedarme encerrada allí, me angustiaba. No se me ocurrió, que, siempre , podría volver a casa de mi hermana. Encontré a unas señoras, sentadas en un banco, junto a un bar, pequeño, que se anunciaba en letras grandes negras"¿Dónde está la parada de metro más cercana?", pregunté. "A 50 kilómetros", contestó una de ellas, "Pero, se puede ir andando bien, por la carretera". Casi me desvanezco de imaginar el esfuerzo que tendría que hacer. En los años 50, cuando los coches eran para uso de los ricos, la familia de mi padre: madre, padre, hermanos y él, recorrían a pie, 30 kilómetros desde el pueblo a Segovia. Pensé en un momento de lucidez. Mi madre, se ha levantado al baño, me ha despertado sin necesidad de caminar
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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