Tras la muerte de Bimba, las redes se han llenado con su imagen; las televisiones hablan de ella. Uno siente pena, de no haberla conocido, apoyado, vigilado, cuidado, en su final. La sensatez, persigue los actos de esta gran mujer, que al irse nos ha dejado huérfanos, a todos, de su mayestática presencia.
Ana Tapias
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