Ana Tapias
miércoles, 4 de enero de 2017
Viajar en metro
Hace meses, que el trabajo no me deja ir a Madrid; la última vez que estuve fue en Mayo; me robaron mi bono-metro, recién comprado. El ladrón fue un chaval de unos quince años. Cada vez que voy, a la capital, llena de soledad segoviana, donde las calles sudan silencio; tomo el metro, para ir a casa de mis hermanas. Me siento, si puedo, dejó mi maleta, mi mochila, sobre el suelo; y me dedico a observar a la gente, sus caras, sus gestos, su rictus de preocupación; su cansancio; su estrés. Imagino cómo serán sus vidas; esos segundos de irme a otras casas, otros trabajos, otros amores, otros duelos interiores; me alejan de los míos, que se quedan mudos, aislados, sometidos, a otros pensamientos. Llegamos, a otra parada, cambio de vidas.
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