Hace tiempo, que dudo de la amistad; ya sólo me quedan dos buenas amigas, he dejado por el camino a unas cuantas, que me han roto el corazón y ya no es posible recomponerlo. Hace tiempo, que creo que las personas se mueven por egoísmo; que las lleva a acumular reproches, prejucios, maldad. Hoy, vi por la calle a una conocida; la saludé, la deseé" Feliz año"; clavó sus ojos en mi ropa. Pensé que no había acertado con los colores; que estaba gorda; que era fea. Seguí caminando, descubrí a la hermana de una examiga, desvié mi mirada de su cuerpo. No puedo perdonarla lo que me dijo; no asimilo su faltad de lealtad a mí; que la ayudé cuando nadie quería hacerlo. En ese momento, sentí que formaba parte de un paisaje escondido, difuminado, perdido en el horizonte; donde los amigos, conocidos, no eran egoístas; donde no ponían zancadillas; donde susurraban amor. Llevo todo el día, asimilando el dolor de ser atea de las personas.
Ana Tapias
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