Me pasa a veces, no siempre. Hay voces, que se pegan a mi mente, y en cualquier momento estallan; algunas de ellas, me agotan, me estresan, me bajan las defensas. Son los sonidos de la rutina; los sepultaría bajo tierra, para no escucharlos con el eco distorsionado, como si fuera un zumbido de lo que no hago bien; otras voces, me acarician, me inundan de amor, me contagian ternura. Son cuerdas vocales cuajadas de abrazos; los tendría en mi mirada, para no llorar, cuando las otras voces me gritan.
Ana Tapias
Ana Tapias
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