Las calles de Madrid, son pequeñas fronteras entre la realidad y la ficción. La realidad, era una ambulancia atascada entre varios coches, ninguno de ellos se movian. La ficción, la ambulancia la conduciría Bruce Willis, quien en un alarde de soberbia, se saltaría todos los semáforos, todas las prohibiciones, para salvar al enfermo; victima de un ataque casero terrorista( nueva forma de atentar) de la que Willis, tiene la responsabilidad de salvar, para que el magnánimo presidente de USA, no lo encierre en una prisión de alta seguridad. La realidad se ha impuesto sobre ficción, la ambulancia se hizo paso entre el atasco
Ana Tapias
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