domingo, 26 de febrero de 2017

Pesadillas

Ayer, me fui a dormir exhausta por el ejercicio físico. Llevaba meses, con poco tiempo, para hacer  deporte. Caí de bruces sobre la cama. Me dolía el brazo izquierdo, no me he infartado todavía. El sueño me acogió en su seno. La inconsciencia, me dirigió a su territorio; pausas entre unas imágenes y otras; hasta la última, que es la que recuerdo. Miraba lo que ocurría desde detrás. Un predicador, daba consignas a los asistentes; se metía con ellos; los insultaba; los dejaba en ridículo. Mi presencia, tenía que ver con uno de mis sobrinos. Correteaba por el lugar, sin darse cuenta de nada. El predicador, seguía introduciendo sus consignas en la mente de la gente, que asentía sin vacilación. Mi sobrino, se sentó en primera fila, fui detrás de él. El predicador, un hombre de unos cincuenta años( es difícil calcular la edad, en los sueños), se percató de mi presencia. Me fulminó con sus ojos diminutos"¿ No llevas cinturón?" me dijo. "No, me molestan los cinturones", contesté apurada. Mi yo despierto, me empujaba a salir de la pesadilla "Estás en una secta, sal de ahí". Salí, sin hacer ruido del estado de sueño.
Ana Tapias

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