Hace una semana, la lucha entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, se saldó a favor de Iglesias. Aclamado, aplaudido, encumbrado, por las bases( es lo que cuenta en los partidos, no las cúpulas dirigentes). La purga, siempre las hay en los partidos, ha comenzado. Errejón, ha quedado relejado, por no destituirlo, quedaría anti democrático; a un plano invisible, donde nadie le pondrán micrófonos a su alcance. Los partidos necesitan a un segundo, ahora, será Irene Montero. Quien tendrá que comulgar, dejarse llevar, someterse, a los dictados de Iglesias; si se atreve a criticarlo, a desafiarlo, a batirse en duelo con él; acabará en el foso de los leones; como todos aquellos, que osan cuestionar al líder.
Ana Tapias
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